¿Quién cuida a quienes cuidan de nosotros?

25 octubre, 2022

Seis de cada diez trabajadores del sector salud de México sufren de burnout. El liderazgo tradicional jerárquico, la autoexigencia, la competencia, la autoexplotación y la subordinación vocacional deterioran progresivamente su salud mental.

“La salud mental es parte integral de la salud; tanto así que no hay salud sin salud mental”, declaró la Organización Mundial de la Salud en 2018. La salud mental es uno de los problemas más candentes de la humanidad en la actualidad y, sin duda, será uno de los principales retos sociales del futuro.

Somos una sociedad quemada, que esconde en lo individual una autoexplotación desmesurada, inconsciente, obsesiva y compulsiva. Vivimos inmersos en un ambiente autoexigente y perfeccionista, intolerante con los supuestos fracasos, tremendamente competitiva y meritocrática, rendida al consumo, al poder, la fama o el dinero. Todo esto tiene un impacto psicológico que deteriora nuestra salud mental.

Los trastornos se presentan de manera pendular, y cada vez tocan más de cerca los extremos. Se manifiestan con angustia e irritabilidad, ansiedad generalizada, falta de motivación o sentido, agotamiento físico y mental, despersonalización, insomnio, depresión, cambio inexplicable de personalidad, conducta o comportamiento, pérdida de la memoria de corto plazo o largo plazo, pero pueden incluso llegar a cuadros exacerbados: violencia a uno mismo/a o proyectada a otros de distintas maneras, crisis neuro-quimico-psicológicas delicadas y hasta conductas suicidas, o el suicidio mismo.

El burnout o síndrome de estrés por fatiga o agotamiento crónico se declaró como enfermedad mental en enero del 2022. Se prevé que será una de las condiciones humanas más retadoras en el futuro por el volumen de casos que se diagnostican a diario y sus respectivos efectos secundarios. Generalmente se manifiesta en personas que prestan servicio a otras personas, como son los y las trabajadores de la salud. Su desgaste vocacional es tan alto que compromete su salud mental.

¿Quién cuida a quiénes cuidan de nosotros?

En octubre del 2020 realicé un estudio sobre el burnout. Fue una encuesta aplicada a 311 personas que laboran en el sector salud en México, un muestreo aleatorio simple, sin ningún tipo de variable de ponderación, lo que proyecta una estimación conservadora pero con efectos reveladores y extrapolables.

Para la encuesta, se diseñó un muestreo variado. El 37% de la población participante trabaja en hospitales, 33% en otros servicios asociados al sector salud (comercializadoras de insumos y equipos médicos, laboratorios, farmacéuticas, consultorías especializadas) y 30% trabaja en servicios médicos de consultoría externa o relacionados. Tres de cada diez encuestados han trabajado por más de ocho años en sus respectivas organizaciones y siete de cada diez participantes son colaboradores sin gente a su cargo.

Seis de cada diez trabajadores del sector salud en México sufren del síndrome de estrés por fatiga o agotamiento laboral crónico o burnout, concluyó el relevamiento, en promedio. En servicios hospitalarios el índice es todavía mayor: siete de cada diez trabajadores lo padecen. La presencia, prevalencia e incremento de esta condición de salud mental en los profesionales de la salud es grave, preocupante y nos atañe a todos y todas como sociedad.

Aunque parezca paradójico, el liderazgo tradicional en el sector salud deshumaniza al trabajador de la salud y su práctica o entrena a resistir su vocación con cargas laborales esclavizantes y abusivas que gradualmente subordinan su vida al loable pretexto de salvar las vidas de los otros. Los y las profesionales de la salud presentan la mayor tasa de suicidios del mundo, publica un estudio realizado en el Hospital Central de Nueva York. Entre 28 y 40 médicos de cada 100 se suicidan por un cuadro de depresión no detectado, no tratado o insuficientemente tratado. Otra de los detonantes son los altos niveles de estrés a los que se somete el profesional de la salud y que empieza en su carrera, recrudece en la residencia (ellos y ellas, sarcásticamente le llaman “la resiliencia”) y acaba con el trabajo mismo y la exposición a múltiples desafíos que atentan diariamente contra su integridad física, emocional y mental.

Uno de mis proyectos del 2021 fue conocer de primera mano esta problemática. En uno de los hospitales públicos más importantes de nuestro país, realicé personalmente quince entrevistas a líderes del sector salud. Escuché cada historia con atención, empatía y profundidad, y confirmé el daño que sufren las personas que sirven a la salud de otras personas y acordamos, juntos, que el sistema social, político, económico de la salud pública es negligente, explotador y cómplice de las condiciones de salud mental en ellos y ellas.

Es imperativo modificar las normas, políticas, procedimientos y las prácticas relacionadas con el ámbito de la salud. La salud mental de sus profesionales es importante para ellos y ellas, claro, pero repercute en la salud de toda la sociedad.

El modelo de liderazgo humanista aplicado al sector salud prioriza el bienestar del profesional de la salud para construir un bienestar y salud comunes. La pandemia ha dejado en evidencia que somos todos parte de un entramado que no admite enfoques egoístas. Honrar la integridad física y moral y la vocación altruista de quienes nos cuidan es responsabilidad de todos. Salvar vidas a expensas de las vidas de los otros es una contradicción de partes. La vida es la misma para todos.

Jaime Cervantes C.

Jaime Cervantes Covarrubias

Fundador y CEO de Liderálity | Accionista Vitalmex

Maestría en Desarrollo Humano, Universidad Iberoamericana, CDMX (México)
Maestría ejecutiva en Liderazgo Positivo Estratégico, Instituto de empresa, Madrid (España)

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