El líder humanista es social, construye carisma colectivo

1 noviembre, 2022

“Los lugares tienen carisma, en resumen, tanto como la gente”.
-Pico Iyer (1957).

Los seres humanos somos gregarios por naturaleza, por lo tanto, un/a líder humanista es social. Sabe que necesita de los demás para florecer en lo colectivo, y que no podría lograrlo en soledad. Utiliza su carisma con congruencia filosófica, asertivamente y lo pone al servicio de la comunidad inspira y contagia al grupo. La sociabilidad es elemental para establecer el potencial de la identidad y cultura de cualquier empresa.

El magnetismo de un líder humanista es un don que debe orientarse a unir voluntades, a lograr un intercambio de beneficios, tangibles e intangibles, dentro de la empresa, en comunidad. En ocasiones ese don es nato, pero en la mayoría de los casos es necesario pulirlo en el tiempo y compartirlo. El arte de una buena sociabilidad se intuye, se construye, se estudia, se experimenta en la práctica cotidiana. Cualquier grupo de personas siempre tendrá infinitas formas de manifestarse y el/la líder humanista deberá mostrarse a la altura para servir y resolver las necesidades de cada una de ellas y del grupo en su conjunto.

Una actitud social implica experiencia colectiva, apertura a la abundancia humana. Es la forma en la que un grupo, equipo, organización o empresa consolida su identidad y carisma colectivo. Una buena sociabilidad es el cimiento del sentido de pertenencia.

Pero para disfrutar de ella se tiene que vivir; solo la convivencia cotidiana nos permitirá experimentar una sociabilidad humanizante y aprender las siguientes competencias:

 

1. Ser tolerante: es sensible a la diversidad grupal y sus peculiaridades y las aprovecha para construir una convivencia armónica de las diferencias; utiliza el respeto para disfrutar la coexistencia.

2. Fomentar la colaboración: sabe que el trabajo en equipo es fundamental para lograr cualquier meta común y obtener uno o varios resultados positivos o el éxito.

3. Construir comunidad: entiende la importancia de conjuntar varios elementos para que las personas experimenten un sentido de pertenencia o de afiliación de grupo. Define las reglas de convivencia, valida los intereses, diseña símbolos, establece valores, ideario y/o propósitos comunes y logra una fraternidad colectiva duradera.

4. Otorgar y generar confianza: comprende a las otras personas, las acepta y mira su integridad; no hay razón para desconfiar de alguien, sin embargo, implica que ambos cumplan lo acordado; cuando hay confianza el diálogo es natural, genuino y efectivo. Aprender a confiar sin condición previa incrementa la reciprocidad y aumenta la esperanza de disfrutar una buena relación.

5. Dominar la comunicación: tiene la capacidad de persuadir a través de un lenguaje y discurso claro, logra la transmisión y comprensión de mensajes de manera efectiva para todas las audiencias interesadas. El arte de comunicar es lo que hace la diferencia en la sociabilidad de una empresa y consolida su cultura.

6. Fomentar la diversión: se compormete con la creación de ambientes propicios para estimular las emociones positivas; genera microespacios de esparcimiento, instantes colectivos de felicidad, oasis de bienestar físicos o virtuales, es decir, una cultura que aliente la satisfacción por la vida y el balance entre el trabajo y el bienestar individual. Un trabajo que no es divertido, no es un buen trabajo.

 

La actitud social es la base de la cultura de una empresa, ahí se vive, se palpa y se siente su filosofía, manifestándose en la conducta masiva de la misma comunidad. Cuando es satisfactoria se muestra con orgullo, cuando es disfuncional se oscurece la atmósfera. Es increíble entrar a una empresa en donde se respira bienestar, se siente la calidez y se disfruta de la prosperidad que genera un conjunto de voluntades cohesionadas por un liderazgo social, carismático y humanista.

La sociabilidad y el carisma colectivo que genera un líder humanista es la muestra más notable de su evolución personal, ha trascendido sus propias inseguridades y se apoya en la fraternidad de su equipo para reconstruir el tejido social, más allá de las fronteras de su empresa.

Jaime Cervantes C.

Jaime Cervantes Covarrubias

Fundador y CEO de Liderálity | Accionista Vitalmex

Maestría en Desarrollo Humano, Universidad Iberoamericana, CDMX (México)
Maestría ejecutiva en Liderazgo Positivo Estratégico, Instituto de empresa, Madrid (España)

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